sábado, 29 de agosto de 2015

Losing your memory

«Soy experto en vivir. En vivir con intensidad las experiencias que tienes al alcance de tu mano cuando eres joven. En actuar sin pensar las consecuencias. Mis noches de fiesta son un sinfín de alcohol y mujeres, más guapas, más altas, más delgadas… Todas, pero a la vez ninguna.

Este ritmo parecía no tener final. Era una constante espiral de desenfreno en la que me limitaba a dejarme caer, sin nada ni nadie que me hiciera parar, replantearme si de verdad era feliz. Feliz. No sentía la necesidad de pensar al respecto, con mantenerme ocupado me bastaba.
Salir, alcohol, sexo, diversión. Una y otra vez, una y otra vez.

Y en medio de esa vertiginosa montaña rusa, se encontraba ella. La única persona que me miraba y veía más allá, la única persona que no me juzgaba. Siempre dispuesta a levantarme cuando la resaca me impedía mover mis músculos, dispuesta a barrer todo rastro de malestar siempre que lo necesitara.

Todo estaba tan estandarizado que me sentía seguro así, sin ningún tipo de problema ni obstáculo que me impidiera continuar con mis costumbres.

Hasta que, una noche, me di cuenta de que estaba acojonado. Demasiado tarde.